Sin duda, la Sanguchada de la Fundación Nocedal volvió para quedarse. Y es que luego de dos años de receso por pandemia, el evento solidario que invita a “apadrinar a un niño” de los colegios que la Fundación Nocedal tiene en La Pintana y Puente Alto, debutó en grande con nueva casa y la nota alta de la innovación digital.
El colegio Tabancura fue el nuevo escenario donde se reunieron los invitados y socios que llegaron, desde muy temprano y a pesar del frío, para asistir a la Sanguchada, que ya es una marca reconocida por quienes son cercanos a la Fundación Nocedal. Este año, y como en otras ocasiones, la esperada orquesta del colegio Nocedal y el coro del colegio Almendral sorprendieron por la alta calidad musical y una impecable puesta en escena. Un show digno de reconocidos escenarios con la interpretación de temas como: Il Will Follow Him, Adiemus y Hallelujah de Haendel.
Con la conducción de Virginia Demaria y José Miguel Pèrez de Castro, la nota álgida, sin duda, fue el testimonio de Ruth Lillo, apoderada del colegio Nocedal y mamá de cuatro niños quien contó a los presentes por qué los colegios de la Fundación Nocedal han realizado una labor de transformación social en el sector sur de Santiago. “Nosotros escogimos el colegio Nocedal por la calidad que nos ofrecía, cuando fuimos a postular a mi hijo mayor, Samuel. Con mi marido éramos super chicos cuando fuimos papás y nos gustó mucho la parte valórica de Nocedal, el colegio te acompaña en este proceso de ser padres y te ayuda siempre”, contó y emocionó Ruth en el escenario.
Mientras los invitados se deleitaban con exquisitos sándwiches, salmón, galletas, chocolates, quesos, entre otros; los animadores los motivaron a que se hicieran socios y se unieran a esta importante fundación de educación, que ha apoyado a tantas familias de La Pintana y Puente Alto.