Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson.
En el ámbito escolar pasamos por muchas situaciones, que desafían nuestras capacidades para afrontar las diferentes problemáticas que viven nuestros estudiantes. La realidad es que todos esos desafíos, están implicados en que muchas de las claves de cambio y transformación social, familiar y espiritual, están en nuestras manos.
Considero que el libro “El Cerebro Afirmativo del Niño”, de los autores Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson, ofrece una perspectiva sencilla, precisa y “digerible” respecto al cómo el fomento de un cerebro afirmativo en los niños, niñas y adolescentes (NNA), genera experiencias de enriquecimiento social y emocional, tanto en el propio individuo, como también para la familia y el contexto social.
Una de las claves del libro es el carácter transversal que resalta en sus postulados, siendo una propuesta válida tanto para madres, padres, cuidadores, profesores, y educadores en general. Englobando un amplio margen de personas, quienes al interactuar en el cotidiano con los niños, tienen la posibilidad de generar un cambio de paradigma en la relación adulto-niño. Esto tiene una función muy relevante en nuestra praxis profesional debido a que nuestro rol de mediadores del conocimiento nos posiciona como uno de los puentes más esenciales en la búsqueda del aprendizaje. En este sentido, el libro destaca que nuestro rol en la mediación con los NNA tiene sustento en la medida en que consigamos modelar una correcta regulación emocional y resolución de conflictos, generando a través de la estimulación cognitiva de los niños: la seguridad para afrontar el mundo que les rodea.
Es por ello, que “El Cerebro Afirmativo del Niño” ofrece alternativas prácticas en el trato del día a día con los niños, planteando estrategias y actividades concretas para desarrollar la empatía, perspicacia, equilibrio y resiliencia. Capacidades necesarias para que un cerebro se exprese a través de habilidades emocionales prosociales, junto con un buen manejo de la autorregulación.