Ya es un hecho que los alumnos de robótica del Colegio Puente Maipo viajan a Estados Unidos. Años atrás unos alumnos del Colegio Nocedal también nos representaron en el mundial de Robótica de la First Lego League. Esta competencia, que involucra a jóvenes de forma lúdica en el aprendizaje de la ciencia y la tecnología, nos invita a confiar en el potencial que tienen nuestros alumnos y en el rol clave que tenemos como docentes para ampliar su mundo.
La película “El niño que domó el viento” dirigida por Chiwetel Ejiofor, nos inspira a creer en el potencial de nuestros y nuestras estudiantes. Está basada en una historia real, se desarrolla en Malaui, un país ubicado al sureste de África que vive fundamentalmente de la agricultura. El contexto social es precario, no existen muchas oportunidades, pero William, el protagonista de esta historia, nos muestra que no hay límites en la mente de un niño.
Para la familia de William era imposible pagar la mensualidad de su colegio, y por este motivo lo expulsan. Por otro lado, su padre necesitaba de su ayuda en la siembra, pero la sequía los tenía desesperanzados, sólo les alcanzaba para comer una vez al día. William no se dio por vencido, y se las arreglaba para ir a la biblioteca de la escuela. Quería ayudar de alguna forma a su padre y en un libro titulado “Cómo usar la energía” descubrió la solución.
Esta película reafirma que la educación es un motor para el cambio y la superación. La pobreza no puede ser una barrera en la educación. Los padres de William se demoraron en apoyar a su hijo en su proyecto, nosotros los docentes estamos llamados a ser los primeros en demostrarles preocupación, ayudarles a crecer, brindarles apoyo y ampliar su mundo. Asegurémonos de crear un vínculo significativo con ellos para seguir sorprendiéndonos de los resultados que podemos conseguir.