Así define el rol de la educadora de párvulos, la coordinadora del nivel preescolar del colegio Trigales del Maipo, Yarizta Bernal. En el Día de la Educadora de Párvulos quisimos conocer cómo trabajan estas profesionales en los cuatro colegios de la Fundación.
El 22 de noviembre se celebra en Chile el Día de la Educadora de Párvulos. En los colegios de Fundación Nocedal trabajan 14 profesionales especializadas en este nivel educativo, brindando educación a un total de 422 alumnos y alumnas en la actualidad. Ellas cuentan con el apoyo de técnicos en párvulos para entregar un mejor nivel de enseñanza.
La principal característica del trabajo que desempeñan las educadoras de párvulos es el cariño que entregan tanto a los niños como a las familias pues, como señala Yaritza Bernal, de Trigales del Maipo, “sabemos que detrás de cada una de nuestras niñas hay una historia familiar, por lo mismo estamos siempre en contacto con las familias para acompañarlas en todo momento en este proceso que llevamos en conjunto: la educación de sus hijas, entendiendo que ellos son los primeros educadores”.
Claudia Rodríguez, coordinadora del área de párvulos del colegio PuenteMaipo, agrega que, para las educadoras, los niños son los protagonistas de su aprendizaje y para eso “tienen que sentir, tocar, oler, pensar, y desafiar sus propias habilidades. Esto lo logran cada vez que ellos están haciendo y experimentando con diversos recursos que la educadora dispone para ellos”.
En ese mismo sentido, Paula Mozo, a cargo del nivel de párvulos del colegio Nocedal, explica que ellas fomentan el pensamiento crítico de los niños, trabajando para que sean capaces de buscar soluciones en diferentes situaciones: “los niños aprenden a observar, analizar, deducir y generar nuevas ideas, hábitos que le servirán a lo largo de su vida”.
A esto se agrega el juego, como lo explica Yaritza Bernales de Trigales, quien señala que “a través de éste desarrollamos el 100% de nuestras experiencias de aprendizaje, motivamos, desarrollamos habilidades, pensamiento crítico y convertimos el paso por la educación parvularia en un lugar acogedor, donde podemos reírnos, pasarlo bien y aprender muchísimo en simultáneo. No solamente somos educadoras, sino que nos convertimos en cómplices de juegos, aprendizajes, exploradoras, investigadoras y todo lo que necesiten nuestras niñas para desarrollar su máximo potencial”.
Finalmente, la coordinadora del nivel preescolar del colegio Almendral, Carolina Moreno, resalta el rol fundamental que han tenido las educadoras en estos tiempos de pandemia, “en el cual han realizado un trabajo crucial con las familias, manteniendo el contacto, apoyándolas no solo en la formación de sus hijos, sino que además brindándoles contención en momentos que han sido muy difíciles”, concluye.